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Los paraísos perdidos
David González Niñerola, Profesor de Filosofía

El relato del victimismo nacionalista en España, ya sea vasco o catalán, es profundamente pseudohistórico, y siempre ha intentado justificar en vano la violencia que supone una secesión impuesta por una parte de la sociedad a otra. En nuestro país, además, de un modo especialmente totalitario y en base a mitos románticos que tienen más de literatura que de historia. Es la tesis de Jon Juaristi en El Bucle melancólico, Premio Espasa de Ensayo de 1997. El autor sostiene que “puede afirmarse que nunca se perdió una patria gallega, catalana o vasca”, sin embargo, apoyado en relatos míticos y “narraciones sacrificiales de amor y de inmolación, de heroísmo y de culpa, de traiciones y derrotas” que tienen más de liter-hartura que de realidad histórica, el nacionalismo actual, como “el nuevo héroe [moderno, podríamos añadir] debía partir en busca de la patria arrebatada, de la lengua prohibida […] para suturar la herida, colmar la carencia, restaurar el orden edénico”. Llama la atención que, lo mismo que en muchas religiones basadas también en "mythos" -relatos-, este movimiento político persiga retornar a un supuesto "paraíso perdido" en el que la felicidad absoluta tendría realización. En algún otro artículo lanzaba la pregunta de si se instaura así el nacionalismo en España “religiosamente”, ocupando con su liter-hartura identitaria el vacío espiritual que la secularización moderna, o postmoderna, ha dejado en nuestras sociedades. Realmente parece que haya una promesa paradisíaca de plenitud si se realiza lo que exige y se cree en ello con la fe ciega del carbonero. El problema es que se acabe en un fanatismo del mismo corte, religioso, uno que se crea legitimado para imponerse por encima de la persona. Hoy este nacionalismo y su ensoñación, o pesadilla, ha alcanzado para muchos casi el status efectivo de una religión: se anhela la supuesta liberación de España como quien espera la tierra edénica o la salida de Egipto, y se derrama sangre por ello. Esto último es la mayor tentación en cualquier esquema de este tipo, religioso: el fanatismo como tal y en sí mismo. Hace pocos días hemos contemplado el horror de una violencia inédita en plena calle entre hermanos y conciudadanos. Catalanes contra catalanes.
Pocas cosas hay tan "religiosas" como en este esquema sacrificial: tenemos sangre, víctimas y verdugos, las acusaciones explícitas de traición mutua y la justificación insólita de la agresión al prójimo. Se considera más sagrada la patria que al ser humano. Es lo que siempre ha tenido la violencia de tipo “divino”. No puedo evitar recordar otro ejercicio de fanatismo como fue el asesinato de Isaac Rabin el cuatro de noviembre de 1995 en Tel Aviv.
Explica Mario Sznajder -catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén- en su obra Historia mínima de Israel que el asesino de Rabin, Ygal Amir, “había estudiado en una yeshivá (escuela rabínica) y cursaba Derecho en la Universidad de Bar Ilán -no era una persona sin formación académica- pero “había escuchado a los rabinos que atacaban a Rabin y entendió que contra el primer ministro pesaba una acusación de “din rodef” -hebreo: “ley de perseguidor”-, según la cual para evitar un asesinato es lícito matar al perseguidor”. El sector más duro de la extrema derecha israelí le acusaba entonces de entregar el país en manos de los palestinos mientras negociaba la paz en Israel. Amir entendió que se le podía considerar un traidor al pueblo judío por negociar parte de su “tierra santa” y que, haciéndolo, ponía en peligro la seguridad de sus conciudadanos hasta el punto de poder considerarle según el Talmud como un asesino. Se consideró justificado teológicamente para asesinarle. En realidad solo necesitaba una excusa. Según Sznajder “de acuerdo a las teorías del antropólogo René Girard, Ygal Amir se representaba con las características de mártir y ejecutor del sacrificio ritual de Rabin”. Y es que no hay mejor forma de invertir la categoría del “verdugo” que la de verse a sí mismo como una víctima previa. En todo caso, siempre es necesario despersonalizar al otro, al diferente, para poder agredirle sin remordimientos y alcanzar el heroísmo sagrado. Obviar que el otro es otra persona como tú, hijo del mismo Dios.
Freud definía lo siniestro como aquella forma en que lo familiar se torna amenazante. En este caso son catalanes quienes agreden a otros catalanes igual que a Rabin le mató otro judío. Esto es siniestro. El fanatismo podría definirse igualmente de otra manera: cuando consideramos cualquier otra cosa por encima o más valiosa que el propio valor de la persona, ya sea la patria, la lengua, la raza, el dinero o a Dios mismo. El psiquiatra Carl Gustav Jung lo describía como una sobrecompensación de la duda. Tiene sentido que pudiera ser así. Que el fanático necesite vivir instalado en la radicalidad de alguna de sus creencias huyendo, precisamente, de una debilidad personal e inconsciente en aquellas otras convicciones que son más importantes y debería tener más arraigadas. Sin embargo, es mucho más humano -y heroico- ser un mártir que un verdugo. Yo lo preferiría si tuviera que elegir. Entregar la vida por una causa no implica arrebatársela a nadie. El Evangelio resulta una síntesis perfecta de cómo no situar ninguna otra cosa por encima del valor de la persona al que aludíamos antes. Jesús de Nazaret se empeñó con todas sus fuerzas en subrayar que la promesa de felicidad de su Padre no pasaba por una "tierra" ni aunque ésta fuera santa, tampoco por liberación política alguna aunque la dominación romana fuera especialmente injusta. No era ése su mensaje por más que quisieron forzarle a ello. Denunciar la injusticia es una cosa; tomársela por la mano es otra muy distinta. Más bien al contrario: "Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñen espada, a espada morirán" (Mt. 26, 52). Se dirigía a Pedro justo antes de su prendimiento. En el ofrecimiento de su persona como víctima propiciatoria, afirma Girard, se detuvo la cadena del mal para toda la Humanidad.

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Pobres S.A.
Vicent Artur Moreno (València, 1962). És doctor en Comunicació Audiovisual, llicenciat en Arqueologia, Història de l’Art i Periodisme.

Avís a navegants: en el nostre article no pensem posar ni una sola imatge que demostre un costat molt fosc de l’espècie humana: la visió directa de la pobresa, de la fam, de la misèria. No pensem fer pornografia de la Vergonya en majúscules, del fracàs com a espècie.
Hem perdut la dignitat. Tots i totes. La humanitat sencera. Una part perquè no menja, perquè es mor de gana enmig de campaments infectes o enmig del no-res de no sé on. A l’altra part del planeta o al costat de ma casa. I uns altres perquè ho permetem, perquè hem construït una societat global bàsicament insolidària, que ha perdut el valor més profund, pregon i conscient: allò que ens fa humans, la Humanitat. D’animals gregaris hem passat a ser «segregaris», i dividim bàsicament la població homínida del planeta entre rics i pobres. Hem estat capaços, per acció o omissió de negar a altres humans substàncies bàsiques, com l’aigua, l’aire, l’aliment o la salut. No hem crescut al mateix ritme i ens hem oblidat d’un 70% dels humans. Sobretot quan sabem que tenim la tecnologia i la capacitat per a produir aliments suficients per a abastir tota la humanitat. Això demostra que el que falla no és la producció, sinó la distribució i l’accés desigual als recursos. El que falla és la Humanitat que s’ha oblidat d’ella mateixa.
Perquè una part de la humanitat s’ha ocupat a construir societats opulentes i des de fa segles ha divergit d’altres societats que encara respiren l’ecosistema caça-recol·lector.
Mans... necessitem mans. Mans solidàries, no crispades. No dogmàtiques ni condescendents. Necessitem el millor de la «bona gent» de Vicent Ferrer. Mans, cors i cervells. Mans per a abraçar, cors per a estimar i comprendre. I cervells per a cuidar, gestionar i compartir la immensa riquesa que ens proporciona el planeta. Un planeta blau que convertirem en no res si continuem optant pel guany fàcil, pel negoci sense ànima.
No sé si ho sabeu, però en consultar dades em vaig quedar esgarrifat, espantat: en alguns llocs del món hi ha gent que té ingressos inferiors a un euro per dia. Uns 1.200 milions de persones. I la meitat de la humanitat viu amb menys de dos euros diaris. A l’Estat espanyol 25 persones tenen 200.000 milions d’euros, el 25% del PIB de l’Estat. I hi ha 85 persones del món que tenen la mateixa riquesa que la meitat de la població mundial. I les 20 persones més riques del món tenen el 40% de la riquesa del planeta. Demagògia, em direu. Sí. Però també indignitat.
El 17 d’octubre va ser el Dia Internacional de la Pobresa. Concretament va ser el Dia per l’Erradicació de la Pobresa al Món. Per a la major part de la gent, un dia més convertit en publicitat. En vàcua i banal publicitat. Amb la mateixa vacuïtat que he titulat el nostre delicat article. Però no amb demagògia. L’ONU declarava el 2017 que «la pobresa generadora de fam és assassina, una de les formes més violentes d’humiliar les persones, arruïnar el seu cos i ferir-los l’ànima. La gana pot portar al deliri, a la desesperació i a la violència». Ja ho tenim. La fórmula perfecta. I la solució del problema ja la sabeu: o mort o fugida precària. Dins de pasteres de paper, dins de caixes de camió, al costat de les rodes d’un avió...
Des de fa uns 40 anys, el primer món promou iniciatives per a conscienciar de la indigència, de la pobresa, una xacra humana que només els humans som capaços de crear. L’ONU, la FAO... són organismes que es preocupen perquè al món els humans mengen cada dia, i que una part important dels habitants del planeta puguen accedir a una vida digna. No paren de vindicar-ho en les famoses trones on els fotoperiodistes els immortalitzen per a Internet i els mitjans de comunicació escrits i audiovisuals. Però s’esgargamellen allà dalt. I ningú no els fa cas. El Primer Món continua contemplant d’una manera pornogràfica infants en companyia de mosques i connectats amb un cordó umbilical de plàstic amb els ulls esbatanats i el cap monstruosament inflat.
Paraules com «mercat», «capitalisme salvatge», «neoliberalisme», «pensament únic», «deute», «desenvolupament», «exclusió», «explotació indiscriminada», «economia», «guany», «estat del benestar», «fluxos migratoris» han substituït unes altres amb un significat més humà. «El problema és que un sistema econòmic ha fet que la gent es deixe guiar pels diners», diu el papa Francesc.
I no pensem que la misèria avança d’una manera salvatge lluny de nosaltres. A la Vella Europa s’està produint una polarització que fa que la societat comence a fracturar-se en dos grans grups. Anthony Giddens ho explica perfectament: «les classes marginals no només són bosses progressives de misèria dins de les economies occidentals, sinó també les línies de contacte i de xoc entre el Tercer Món i el primer. La pobresa del Primer Món no pot ser abordada com si no tinguera connexió amb les desigualtats a una escala molt més gran». Uns altres pensadors han considerat que hi ha un món que indefectiblement haurà de treballar per al nostre, el Primer: «classes marginals», «Tercer món», «exèrcit de reserva»...
Pobresa, misèria, fam... indignitat humana creada pels humans amb les desigualtats. Perquè la pobresa penetra directament dins de l’esperit dels drets humans més primigenis. I és una taca que embruta els valors humans més nobles i que precisament ens fan humans. Perquè la fam és il·legal, igual que és il·legal impedir la llibertat d’expressió o agredir persones indefenses. Davant de la injustícia tenim l’obligació de denunciar un càncer que només afecta els més vulnerables.
La pobresa és una violació dels drets humans. I la pobresa i la fam porten la desesperació, i la desesperació la violència. I tot plegat fa dels humans nyaps, excrescències, una ombra d’aquell ser que un dia va ser un home, o una dona, o un infant... i que ara s’arrossega enmig de bassals de merda...
I excuseu-me la imbecil·litat, però la pobresa produïx pobres: un col·lectiu humà que bàsicament està d’acord amb una cosa: tenen fam. I faran qualsevol cosa per obtenir aliment, escalfor, aixopluc: robar, traslladar-se i morir, matar... Els hòmens i les dones a qui només els queda la dignitat no tenen la culpa de la seua pobresa. Perquè encara –reblant el clau de l’obscenitat i de la perversió humana– alguns amb la panxa plena acusen els pobres de ser ells mateixos els provocadors de la situació.
¿Voleu pau, hipòcrites del primer món? Voleu conciliació? Voleu estabilitat? Si voleu pau, haureu d’escoltar, haurem de deixar el nostre complex de superioritat, de vencedor, de triomfador, de conquistador de mig pèl... La pau és impossible amb pobresa, és impossible des de la humiliació, des de l’arrogància, des del sotmetiment, des de la desigualtat, des de la superioritat... Haurem d’aprendre a ser més austers, més humils, més dialogants... Perquè el món és de tots i la humanitat tota participa del mateix esperit.
Pere Casaldàliga és un home exemplar. Un referent. Des del seu cau de pau, dignitat i austeritat va escriure: «No tenir res, no portar res, no poder res. No demanar res. I de passada, no matar res. I no callar res».
M’agradaria moltíssim compartir amb els nostres lectors un fragment de la història de l’art que combina d’una manera magistral la pobresa i la dignitat. Una tranquil·la i exemplar dignitat. Actualment es troba al museu d’Orsay, a París, i és de 1860. L’obra és de Millet, un pintor revolucionari. És L’Àngelus. El pintor morí en la misèria, oblidat per tots. L’obscenitat de la seua societat –un pròleg de la nostra– convertí les seues obres en «merchandising» obscé: obres seues de caràcter social apareixien en jocs de café, cendrers i altres andròmines que anunciaven el nostre món. Molts ricots consideraven Millet subversiu, socialista... perquè representava en les seues obres persones i actes humils. Una de les seues creacions més impactants és L’Àngelus... però és un error. No és L’Àngelus. Els camperols no resen al migdia, sinó al capvespre. El Sol es pon.
Segons l’explicació ortodoxa, home i dona han deixat les eines en terra i acoten el cap en actitud de pregària, per agrair a Déu la migrada collita que reposa en terra. Són miserablement pobres. Observeu el cabàs... Una anàlisi de raigs X i ultraviolats, revela que sota el cabàs hi havia... el taüt d’un infant. Realment la denúncia de Millet –que causà un refús generalitzat entre la societat burgesa benestant– és la mort d’un infant en unes circumstàncies terribles. Mare i pare, en la penombra, donen al fill la sepultura més humil i solitària, avergonyida i fins i tot, clandestina. Però també, més digna.
El projecte d’humanització és massa bonic per a destrossar-lo nosaltres mateixos. I cal que pensem en global. Perquè o ens salvem tots o... el món s’acaba.

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Foro “Desde abajo”
Miguel Fernández, Plataforma Jai Jagat España -Desde Abajo.

El Foro “Desde Abajo” reúne a 20 organizaciones y prepara una Marcha Noviolenta en 2020.
Los pasados 7-8 de septiembre, numerosas asociaciones y personas comprometidas en la lucha por los Derechos Humanos se encontraron en un esperanzador Foro internacional que escogió como título el nombre “Desde Abajo”.
La prioridad era poner en primer plano las respuestas solidarias, noviolentas y autogestionarias que actualmente se están dando a las grandes situaciones de injusticia. La idea es impulsar y promover las experiencias que trabajan desde abajo, porque es el lugar donde las injusticias muestran su peor rostro y por tanto también el lugar donde es posible responder mejor a las causas de esas injusticias.
El Foro se organizaba por la plataforma Jai Jagat España, que se propone realizar una gran Marcha noviolenta por la Paz y la Justicia que recorra España el próximo verano, impulsada a su vez por la campaña mundial Jai Jagat 2020 organizada desde India en el 150 aniversario del nacimiento de Gandhi.
La noviolencia como forma lucha que ha dado innumerables frutos a lo largo de la Historia, es uno de los ejes de la campaña, y sus planteamientos enmarcaron el Foro desde la apertura, a través de una conferencia performática de Moisés Mato, actor y pedagogo que lleva años dedicado a profundizar en la investigación y la práctica de la noviolencia.
Los asistentes pudieron escuchar ponencias y trabajar junto a miembros de asociaciones como Las Kellys, el Sindicato de Manteros, la PAH o el Sindicato Obreros del campo del SAT, con José Esquinas, ex-Secretario de la comisión de la FAO sobre recursos genéticos, y del ámbito europeo, representantes de Grenfell United (Reino Unido), la Women´s Peace Table (Alemania), o Ung i Sverige (Suecia), entre otras.
Testimonios terribles de sufrimiento, pero abordados desde la perspectiva de las respuestas que las propias víctimas están dando para su propia liberación y para la de otros que sufren la injusticia. Entre ellos, la historia de supervivientes de la prostitución y la trata como Amelia Tiganus o Sandra Norak, los de víctimas de los desahucios, como Angelines de la PAVM, o los de Papalaye o Abdou, de los Sindicatos de Manteros de Barcelona o Madrid.
Además de las ponencias, se organizaron mesas de trabajo con cinco temáticas: explotación sexual, explotación laboral, migraciones, vivienda y hambre. En ellas, asistentes y ponentes pudieron profundizar sobre los temas presentados, y trabajar en la redacción de conclusiones. De este trabajo han salido una serie de demandas oficiales del Foro, aprobadas en una última sesión plenaria.
Para finalizar, un gran Círculo de Silencio formado por los asistentes ha sido el primer fruto directo de este encuentro. Se demandaba al gobierno sueco paralizar la deportación a Afganistán de 86 refugiados.
Otros frutos han empezado a germinar ya, como un segundo Foro en Bruselas en noviembre, o nuevas incorporaciones a la Marcha del verano. Un intenso fin de semana en el que se compartieron sus experiencias y trabajos para en el cambio social desde la noviolencia.

CAMINAR *
Caminar
Caminar para traspasar fronteras, las fronteras trazadas artificialmente sobre la tierra,
Caminar
Caminar para abrir senderos en los lugares prohibidos, en los bosques espesos y los áridos desiertos del alma
Caminar
Caminar para borrar la línea del horizonte.
Caminar
caminar para llegar al lugar deseado. Ese lugar que llamamos libertad, dignidad, vida.
Caminar
Caminar para pensar el futuro sin miedo y sin cadenas.
Caminar
Caminar para sembrar esperanza a la vera del camino.
Caminar
Caminar para encontrarse con otros caminantes, otras manos, otras voces.
Caminar
Caminar para gritar que somos humanos, plenamente humanos.
Caminar
Caminar para cambiar el mundo
Caminar, caminar.
Caminar es una acción.
Caminar es un compromiso.
Caminar es una oportunidad para transformar la realidad.
Sí, así es, cuando caminar es un ejercicio de noviolencia, cuando caminar es un ejercicio de Amor.
*(Fragmento de la “Conferencia performática sobre noviolencia”, escrita e interpretada por Moisés Mato en el Foro “Desde Abajo”)

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