ENTREVISTA

ENTREVISTA Sínode diocesà

“La cuestión es promover caminos que pongan ruedas a los buenos deseos”

PREGUNTAS PARA DON JAVIER SALINAS VIÑALS, OBISPO AUXILIAR DE VALENCIA

D. Javier, bienvenido a nuestra publicación.


¿Cuál es actualmente su misión de gobierno en nuestra Iglesia local de Valencia?

Obispo Auxiliar de Valencia. Una misión vinculada directamente al Sr. Arzobispo con quien colaboro en su responsabilidad pastoral, especialmente en el campo de la Evangelización. Más en concreto, en acciones vinculadas a promoción del anuncio del Evangelio y su desarrollo a través de la pastoral de la iniciación en la vida cristiana en todas sus dimensiones.



IGLESIA UNIVERSAL


- En agosto la intención del papa Francisco para la evangelización es sobre la Iglesia, y dice así: «Recemos por la Iglesia, para que reciba del Espíritu Santo la gracia y la fuerza para reformarse a la luz del Evangelio».


Este siempre es el gran reto: que la Iglesia transparente a Cristo. Siempre habrá un desnivel entre lo que Jesucristo nos propone y los que llegamos a realizar sus seguidores. De ahí la llamada continua a la conversión, a la reforma de la vida en todas sus dimensiones. Pero además, el desarrollo de nuestra vida de fe está vinculada a la cultura, a la historia, y por tanto está afectadada por los cambios culturales que se dan, con todos los desafíos y posibilidades que surgen. Todo lo cual, lleva a una cuestión permanente: qué hacer para mostrar, con todas sus consecuencias personales y sociales, la novedad del Evangelio de modo que pueda ser percibida como tal.


- ¿Dónde están las principales dificultades para renovar una institución que cuenta con más de 2.000 años de existencia?

Una cuestión que se plantea, especialmente, en tiempos de grandes cambios culturales y sociales. El Concilio Vaticano II se propuso afrontar esta cuestión, tal como muestran sus Documentos y también la dinámica espiritual y pastoral que ha generado. Hoy nos encontramos, como gusta señalar al Papa Francisco, en un “cambio de época”. Y esto nos lleva a la gran misión de revisar la forma, el estilo de vivir la fe y por tanto de ser Iglesia. Y mirando a otros tiempos de reforma vemos que un tema ineludible es la respuesta personal y eclesial del conjunto del Pueblo de Dios; volver al Evangelio. Es verdad que los pastores tenemos una responsabilidad propia, pero está vinculada a toda la comunidad eclesial en sus diferentes carismas. La reforma de la Iglesia debe incluir a todos, pues todos los bautizados somos corresponsables en la misión evangelizadora de la Iglesia; su nota más propia. Por tanto, suscitar la escucha y el diálogo con todo el Pueblo de Dios; proponer el Evangelio con toda su riqueza; promover formas de participación en la misión pastoral; acompañar y discernir los carismas que suscita el Espíritu; mantener la memoria de la llamada del Señor a la unidad, que resuena en el ministerio apostólico del obispo en la diócesis en comunión con el Papa, constituyen elementos fundamentales para la reforma de la Iglesia. Sólo de ahí se superará la inercia del siempre se ha hecho así o el derrotismo que lleva a sobrevivir bajo la bandera de la adaptación al momento que vivimos.


- ¿Qué es lo que más le preocupa sobre el gobierno de la Iglesia universal, a nuestro Sr. Arzobispo-Cardenal D. Antonio Cañizares?

En los múltiples escritos y discursos de nuestro Arzobispo siempre aparece un tema, que es como la trama en la que se teje su quehacer pastoral: que lleguemos a ser “testigos del Dios vivo”. Esta es la clave, pues si el Dios que se ha revelado en la historia, y cuya plenitud es Cristo mismo, es acogido por nosotros, todo cambia. Aparecen nuevas luces y energías para desarrollar nuestra condición humana en todas sus dimensiones personales y sociales, pues nos abre a una nueva dimensión: ser hijos de Dios a imagen de Jesucristo. Anunciar, de forma incansable esta realidad, es lo que me parece le preocupa a nuestro Arzobispo.



- Se insiste en la necesidad de descentralizar, y de aprovechar más ampliamente las iniciativas que surjan de la base. ¿Cómo pasar de las palabras a los hechos?

Esta es la cuestión de siempre. Hoy abundan, en general, las propuestas, los anuncios, las revisiones criticas... sintomas de un mundo en cambio. Pero la cuestión es promover caminos que pongan ruedas a los buenos deseos. El nuevo Sinodo Universal del año 2023 nos invita a ponernos en camino. En nuestra diócesis también se dan pasos al respecto, el Sinodo que acabamos de concluir, el próximo Congreso Diocesano de Laicos… son pasos. Hace falta creer en los pequeños pasos, no cabe esperar que se cumplan plenamente nuestros sueños, quizás tampoco nos llenarían de satisfacción. Estamos en tiempo de reforma, pero ¿como será posible si no aceptamos los pequeños pasos? ¿se puede construir una Catedral sin la aportación de cada cantero?



- ¿Qué está aportando la revolución del papa Francisco a la espiritualidad sacerdotal?

Volver al Evangelio, y como hacia Jesús, entrar en la dinámica de la cercanía a las personas, en la escucha de sus gozos y tristezas, mostrar que el Evangelio es alegría y fuerza para vivir aquí y ahora.



SÍNODO VALENTINO


- Acaba de concluir el Sínodo diocesano para la renovación de la la diócesis. ¿Cuáles son las tres claves para entender el Sínodo recientemente celebrado?

Según mi parecer, las claves o líneas que han orientado este Sínodo son en primer lugar promover una Iglesia en misión, o como dice el Papa Francisco, una Iglesia en salida. Se trata de avivar en todo el Pueblo de Dios la conciencia evangelizadora que nace de la experiencia de la fe pues una fe que no se comunica no crece, se apaga y se convierte en una pieza de museo que tiene su valor pero que no incide en la vida. La segunda, impulsar el valor fundamental de la aportación de cada bautizado en la vida y misión de la Iglesia; se trata de mostrar que la Iglesia es un sujeto vivo en el corazón de la sociedad, con diferentes responsabilidades pero todos iguales. De ahí la atención a los sacerdotes, religiosos y laicos; también a los ámbitos de vida como son las parroquias y los movimientos; la familia, la escuela y las forma asociadas de piedad popular como las cofradías. En esta misma línea ha introducido el tema de la situación y la misión de la mujer en la Iglesia y en la sociedad. Como tercera clave, el Sínodo quiere impulsar una nueva forma de trabajo pastoral atento a las aspiraciones y aportaciones de los distintos destinatarios de su acción, y un estilo más coordinado y cooperativo entre las distintas Delegaciones y Secretariados.



- ¿Un Sínodo para construir juntos una Iglesia diocesana y para que nadie se sienta extraño?

Una palabra mágica que tiene grandes consecuencias: una acción pastoral inclusiva. Esto significa pasar de una acción pastoral de servicios, a otra en las que todos asumen la responsabilidad que les corresponde. Esto supone una visión de la vida eclesial que destaca la participación y corresponsabilidad.



- ¿Cómo habrían de ser algunas de las reformas pioneras en estos momentos?

Son muchas las reformas a impulsar pero algunas tienen un valor especial: la creación de un grupo de trabajo que siga de cerca la situación de nuestra sociedad, señalando aspiraciones, dificultades, nuevas propuestas. Es difícil proponer la fe si no conocemos a quien nos dirigimos. También impulsar nuevas formas de incorporación a la iglesia de quienes piden el bautismo como es el Catecumenado. La predicación en la celebración de la Eucaristia constituye un gran reto para una sociedad que gusta de nuevas formas de comunicación. El apostolado laical en su forma asociada y vinculada a la parroquia. Y como no, todo el tema de la caridad y la promoción de la justicia para que muestren de un modo mas trasparente su vínculo al Evangelio.



- Lo primero para buscar la solución de cualquier problema es preguntarse por qué se da. ¿Se ha seguido esa metodología del ver-juzgar-actuar?

Esta metodología es la propia en el modo de proceder humano. Nuestro Sínodo ha tenido encuentra el camino recorrido en los últimos años por nuestra Diócesis. Además las Comisiones de trabajo han consultado y elaborado propuestas. Quizás el gran reto de este método será el “actuar”. El Sínodo se propone alentar la acción evangelizadora en todas su dimensiones sin olvidar que

Una acción pastoral inclusiva. Esto significa pasar de una acción pastoral de servicios, a otra en las que todos asumen la responsabilidad que les corresponde para ello toda la Iglesia de ser evangelizada.


- ¿Alguna novedad en el Sínodo para una correcta administración de los sacramentos de la iniciación cristiana?

No es la hora de aumentar las normas ya establecidas. Es más bien la hora de abrir nuevo caminos para responder a la gran misión de cómo ayudar a ser cristianos, especialmente en aquellas etapas de la vida en las que celebramos los sacramentos de la iniciación cristiana. Caminos variados pero que deben tener una misma fuente de inspiración: el catecumenado bautismal.


- ¿Se van a suprimir parroquias en la diócesis de Valencia?

La Iglesia es una realidad comunitaria, tiene un tono familiar tejido de vínculos personales, historias, costumbres... Además la parroquia es un modo privilegiado de proximidad a los ámbitos humanos. Cerrar parroquias no es un buen camino. Otra cosa es agrupar esfuerzos para un trabajo que integre a todos, pero sin renunciar a la presencia del espacio parroquial en medio de la gente. Bueno, este es mi punto de vista. El Sínodo solo plantea que se estudie bien este tema.


- ¿Un Sínodo con soluciones eficaces sobre los medios de comunicación diocesanos, para lograr un diálogo más vivo y participativo con nuestra sociedad y con la cultura de nuestro mundo?

Los medios de comunicación en todas sus formas constituyen un elemento fundamental en nuestra sociedad y en la vida y misión de la Iglesia. El Sínodo establece que se elabore un plan que integre la gran riqueza de medios de que dispone nuestra diócesis. Es un reto que espero se pueda abordar de forma inmediata.



- Se está produciendo un genocidio en el Mediterráneo. ¿Qué se ha dicho sobre ello en el Sínodo?

El Sínodo trata una amplia propuesta dedicada a los temas de la caridad y solidaridad. Este tema tan concreto no se ha tratado, pero creo que con todo lo que el Sínodo propone hay suficientes indicaciones para afrontar el tema de los migrantes, con los que hay que contar de forma decidida para el presente y futuro de la Iglesia.



- ¿Cómo se plantea a nivel parroquial el encuentro con la diversidad de los extranjeros, de los migrantes, de los refugiados y al diálogo intercultural que pueda surgir?

Esta es un gran tema. Nuestra tradición cultural nos lleva a aspirar al mestizaje, es decir, al intercambio, a la acogida, al camino compartido. Es un camino de largo recorrido. Se necesita tiempo y paciencia, pero sobre todo respeto y empatía. En este camino, el Sr. Arzobispo ha erigido varias parroquias personales para atender a distintas comunidades que ha situado en parroquias de nuestra diócesis. Es un camino que necesita tiempo. En esta línea las instituciones educativas de titularidad diocesana o de instituciones religiosas juegan un papel fundamental, así como aquellas parroquias que han de afrontar este tema como un línea de trabajo fundamental y así poder ofrecer propuestas a este gran desafío pastoral.



CLERO


- Se dice que es el tiempo de la fraternidad, ¿cómo vivir actualmente la amistad sacerdotal entre obispos y presbíteros?

La fraternidad sacerdotal tiene su fundamento en el sacramento del Orden que nos consagra como servidores del Evangelio. Sin embargo es una realidad que hay que desarrollar cada día, a través de gestos concretos de cercanía, de colaboración y de ayuda mutua. Es necesario vivir la misión evangelizadora bajo el impulso del Espíritu. Será necesario recurrir a métodos y momentos que ayuden a la fraternidad, pero si falta la dimensión espiritual será muy difícil tejer una amistad que lleve a ver en el otro compañero presbítero un hermano. La fraternidad debe vivirse en todas sus dimensiones, pues a la postre el orden sacerdotal nos introduce en el estamento que preside el Obispo. La comunión efectiva con él y con los demás miembros del presbiterio es una realidad sustantiva del ser y misión de todos los pastores de la Iglesia. Pero insisto, hace falta cultivar la determinación de no actuar al margen del Obispo ni de los hermanos presbiterios, aunque pueda resultar difícil o parezca poco eficaz. De hecho sin comunión la misión pierde su consistencia.


- ¿Qué esperan los sacerdotes de la jerarquía?

Reconocimiento, cercanía, ayuda para llevar adelante su misión. También consejo, y en muchas ocasiones una valoración de la misión realizada, de modo que se perciba que lo que llevamos adelante importa. Un a realidad que incluye, en algún caso, una valoración que pueda ayudar a mejorar la acción pastoral. Todo esto, pone de relieve el valor fundamental de la conversación.


- Y la jerarquía, ¿qué espera de los sacerdotes?

Disponibilidad para la misión y confianza en quien el Señor ha puesto al frente de la Diócesis y también de la Iglesia Universal. La confianza se cultiva con la sinceridad y la libertad de manifestar la verdad de la propia vida. Se trata de superar tanto la tentación de simular o disimular los problemas de la acción pastoral, como el victimismo que nos centra en nosotros con olvido de la fraternidad que nos vincula al Obispo y a los hermanos presbíteros.


- En el Sínodo se ha hablado de la urgencia de una coordinación pastoral a todos los niveles. ¿Cómo se piensa lograr esta finalidad en los actuales arciprestazgos?

En distintas ocasiones se ha planteado revisar las dimensiones de los actuales arciprestazgo para que sean en verdad unidades de acción pastoral, pero a pesar de muchas consultas todo permanece como está. Sin embargo la situación actual reclama una acción pastoral más coordinada lo cual sitúa el arciprestazgo como ámbito de coordinación pastoral, de formación y de oración, de fraternidad sacerdotal. En esta línea, se podrían constituir dentro de los arciprestazgos mas grandes, grupos de trabajo entre parroquias más próximas o también el desarrollo de alguna acción útil para todos como puede ser la formación y acompañamiento de los colaboradores o también la atención a la pastoral familiar o la de laicos.

ENTREVISTA Sínode diocesà

Un altre estil. Més enllà de les formalitats

Per Jesús Belda

Així va ser la visita del bisbe Salinas a la parròquia de Sant Josep Artesà, el dimarts 13 d’abril: més enllà de qualsevol formalitat, amb alegria; amb carisma episcopal.


La cosa va començar en el bisbat. I va anar de la següent manera. Un d’eixos dies en què vaig carregat amb les revistes per a fer el repartiment, vaig entrar al bisbat. Feia temps que no anava per allí; des que va morir el meu paisà i amic José Bellvís, no havia estat allí; abans ho feia quasi cada setmana. Però el dia referit em vaig dir a mi mateix: hui vaig al bisbat a fer ponts amb la cúria: li entregue la revista en mà al senyor arquebisbe, i salude pels corredors a qui em trobe. No és bo aïllar-se. I encara que no és fàcil el món de l’oficialitat eclesiàstica, cal buscar la proximitat en comunió.


La primera persona que em vaig trobar va ser el bisbe Salinas, i em vaig acostar a ell:

-Don Javier, com està? Quan ve per la parròquia?

- Quan vulgues, em prepares una celebració litúrgica i vaig.

- No cal que siga una cerimònia. Vinga el dia que vullga i dinem.

- Quan tu vullgues.

- El dimarts de la setmana vinent, a les 14 h, dine amb un amic sacerdot, al bar del museu. Si vol vindre amb el bus, en l’última parada del 28 està la parròquia. O caminant, des del centre en menys d’una hora.

- D’acord. Allí estaré.

I sí, allí va vindre el bisbe don Javier. El primer que vaig notar és que arribava amb cotxe oficial, amb xofer:

-Don Javier, jo no he preparat res de res. Cap classe de formalitat.

- No et preocupes.

Li ho vaig ensenyar tot: el temple, el pati, el projecte amb els africans... Algun comentari:

- Ací, enrotllat amb la manta, en el matalàs de la terrassa, sembla que hi ha un xic dormint.

- Sí, don Javier. Ja no caben més en les lliteres. I preferix estar ací que no quedar-se davall del pont del vell llit del Túria.


Vam menjar segons el que es preveu. Passegem... I parlem de molts temes divins i humans: del sínode, del papa Francesc, dels arxiprestats, de la missió de Cuba... I de moltes més coses: del pare R.Cantalamesa, de l’eros, de la filía, de l’agape, etc. Amb alegria. Amb bon to. Més enllà de qualsevol formalitat.


-Don Javier, els bisbes haurien d’estar molt més prop de la vida quotidiana dels preveres, en els territoris on viuen, i tal vegada liderant projectes en els arxiprestats. El que es parla en els arxiprestats servix per a molt poc; pura formalitat mensual. Falta passió...


Fa tres anys que estic en esta parròquia, trenta-sis ordenat... i ningú ha vingut a visitar-me a este lloc com vosté, ni a preguntar-me com em trobe. A vegades en les meues recerques em pregunte: ¿Per a què volen seguir els bisbes tantes activitats carregades de formalitats, reiterant reunions i més reunions, presidint actes cultuals i processons que tan poc servixen en el moment actual? Necessitem la proximitat episcopal.


Acabe. He tractat de compartir una trobada personal que vaig viure amb esperança; més enllà de qualsevol formalitat. Disculpeu. En la meua modesta opinió, necessitem este «altre estil» en la vida dels pastors, molt més pròxim i alliberat de formalitat.


Va estar present en tot, el prevere i amic Vicente Rossi. I també el xofer en el dinar... Don Javier no va deixar el paper de bisbe en cap moment: «Li comentaré al senyor arquebisbe...». D’acord, don Javier. Records i salutacions a tots.

Share by: